sábado, 27 de noviembre de 2010

Cazador cazado

Recuerdo mi primer beso muy patente:

A ella, de alguna forma, le fascinaban las casas de tatuajes. Casi podría decir que le excitaban. Se llamaba Belén, y creo que ya tuvieron un par de muestras de ella en este blog.

Mano en su espalda... El corazón cabalgando una anguila... "Nena, te quiero decir algo..." Y se lo dije. Muy de cerca. Ése primer beso, inexperto por completo, que sonó con el ruido de quien sopla sobre la panza de un bebé.

El segundo: Despechado. No me acuerdo cómo fue. También, lo pedí con toda la sutileza de la que fui capaz. Pero ése despecho me llevó a que los ojos se me hinchasen, y se me pusieran colorados como tomates con fiebre.

El tercero: De nuevo el despecho; esta vez con mi vecina, enamorada de mi desde tiempos inmemoriables. De todas formas, eso no impidió que me dijese "si me lo sacás a la fuerza lo tenés". Empezamos a correr por toda la casa.

El cuarto: Abril. Mi segunda ex. Mi cáncer mental. No por nada no puedo sacarla de mi cerebro. Discutíamos en medio de constitución sobre política, al mismo tiempo que le hacíamos el enganche a dos amigos que de otra forma no se hablarían. "¡Pero el capitalismo es una mierda!", gritó ella. "¡Y yo te digo que el comunismo no funciona!", dije yo. Bastó un segundo para mirarnos con una agresividad profética y besarnos al instante. Tres minutos sin abrir los ojos. Después de eso... no importa. Ya lo contaré en otra publicación.

El quinto: Tras cortar con Abril, conocí a una chica que me hizo tan feliz como nadie lo logró en toda mi vida. No habían pasado tres días de finalizada mi relación anterior, que la besé en una matineé asquerosa: "Señorita Betty: ¿A usted le molesta esta música insoportable?" "Si, la verdad que si..." "Y señorita Betty... ¿A usted le molestan estos floggers sin personalidad, que se creen el centro del mundo y no son ni un centro de mesa?" "Si, la verdad que son insoportables..." "Y... señorita Betty... ¿A usted le molesta si la beso...?" "No, la verdad que no..."

Pero por razones que no incumben a los lectores (aunque seguramente vaya a revelar en otro momento), la historia terminó. Y muy mal. Desde ése día no pude volver a confiar el monopolio de mis sentimientos a nadie. Fue entonces que entré en una vorágine de alcohol, tabaco, drogas y sexo a quemarropa. En el interín, me hice pasar por un Sherlock Holmes que en realidad era el violador que acechaba el bar, silencié con mi boca a una dama que debería tener un agujero en la espalda, ya que de otra forma no me explico como era que podía hablar sin detenerse media hora seguida, hice tropezar a una señorita y caí "de casualidad" sobre su boca, y etcétera de anécdotas que no tengo tiempo de contar.

Pero anoche me pasó algo nuevo...

No me lo esperaba. Ella me gustaba, y desde hacía mucho tiempo, pero jamás lo hubiese pensado... No preguntó. Tampoco me dio muchas señales. Simplemente hizo lo que el vodka y sus impulsos sin represión le dictaban.

Es la primera vez que alguien me besa deliberadamente, sin que yo la busque ni trate de seducirla. No sólo me cazaron, siendo que soy un cazador por naturaleza; sino que además tenía que ser alguien tan hermosa como ella...

Por primera vez en la vida me siento realmente deseado.

Y para eso no basta con seducir a un ejército de señoritas.

Basta con que una quiera seducirte a vos.

Gael D'agostino

3 comentarios:

Dani Belen dijo...

wow, te atraparon Gael! Ja, si contestaste mi comentario :) Tenés mas historia con las mujeres, quiero saber que paso con cada una, sino me pierdo! Y esta ultima chica? Termino en un beso nomás? mmm, intriga :| Suerteee.-

Gael D'agostino dijo...

Y... veremos.

Ya se verá. Por este canal :B

Whatsername dijo...

Ok, sabés dejar con intriga al lector xD. Qiero conocer las historias, así qe seguiré entrando a chusmear tu blog.
Podrías sacar un libro contando todo esto, las historias de amor venden, sería best-seller (?).
Saludos! :)